viernes, 26 de diciembre de 2008

Cierre de año 2008

Para cualquier observador externo el 2008 podría haber sido mi peor año, y sin querer sonar resignado o conformista no lo fue así.

Me diagnosticaron cáncer,  se me paralizó la cara, perdí la capacidad de oír por el oído izquierdo, perdí la estabilidad y por esto se me dificulta caminar, después de meses de corticoides me inflamé, perdí la voz, y me dio un acné peor que en mi adolescencia, perdí el sentido del gusto. Vomité por varios meses y la perdida de peso me afectó el nervio ciático. Por la parálisis facial he tenido que volverme esclavo de las gotas y dormir con los ojos cerrados con cinta, usar un lente terapéutico y gafas de sol 24/7, próximamente tendré que someterme a una cantorrafia. Vivir el estreñimiento con todo su poder y si quisiera extender la lista con cuanta cosa me ha ocurrido, me demoraría un buen rato.

Pero hubo cosas que lo hicieron también uno de los mas especiales, si no el más especial.

Aprendí a tener fe, a revivir mi amor a Dios. Descubrí que soy jodidamente fuerte y resistente. Me conecté conmigo. Re descubrí a mi familia y me uní mas a ellos,  me di cuenta de todas las grandes cosas que a mis 23 he logrado, me di cuenta que aparte de una gran familia tengo unos amigos imposibles de mejorar, porque son lo máximo. Aprendí a recibir el crédito de mis logros y a dejar de pedir perdón por lo que soy o por quien soy.  Conocí gente que nunca me imaginé

Y como si fuera poco, seguí con mi vida normal, seguí trabajando, me gradué de la universidad, cree un blog que me ha hecho muy feliz porque al principio creí que solo yo lo iba a leer pero no es así, aprendía a ser feliz con cada detalle del día a día, a reirme de mi, a aceptar mis momentos de tristeza y a decir lo que siento y no guardarme las cosas que antes me tragaba para no afectar a nadie. Aprendí  a aceptar mi momento y no hacerlo el fenómeno de mi vida sino una etapa por la que estoy pasando.

Vi a Kylie Minogue , vi la película de sex and the city y Mamma mia. Pero sobre todo aprendí que la vida es maravillosa y que hay muchos motivos para luchar y seguir viviendo, y sin querer menospreciar nada, me di cuenta que antes me quejaba tanto por unas bobadas. Aprendí a apreciar lo verdaderamente importante y a sacar de mi vida las cosas que no me aportaban nada.

Mi travesía aún no ha terminado, pero si hay que ser sensato, así como tuvo sus cosas feas también tuvo sus cosas maravillosas que nunca imaginé vivir o sentir.  Obviamente me habría gustado aprender todo esto de una forma mas relajada no tan dura como ha sido. Aún quedan muchas conclusiones y enseñanzas que sacar de todo esto, pero con el tiempo las iré descubriendo.

Solo me resta decir como Mercedes Sosa “Gracias a la vida que me ha dado tanto” y aunque aún no he escrito el capitulo final de esta historia, puedo tomar este cambio de año como un cambio de hoja, a una nueva e inmaculada, lista para ser escrita y para dejar en ella grandes historias que espero sean mas alegres.